Don Severiano elige a su sucesor en la empresa de entre sus cinco hijos

Don Severiano es un hombre hecho a sí mismo. Es el dueño de una de las haciendas productoras de aguacate más importante del país y tiene cinco hijos que le ayudan en la tarea. Ninguno de ellos es hijo biológico, pues no pudo tenerlos con su mujer, pero los ha criado de la mejor manera posible. Cada uno tiene sus propias aspiraciones y todos forman parte del consejo de la empresa. Don Severiano cree que ha llegado el momento de elegir al que puede ser su sucesor en la compañía.

Juan del Monte y Pedro, que sí son hermanos biológicos, son los dos hijos que cuentan con más posibilidades de hacerse con el puesto que deje vacante Don Severiano. Cada uno de ellos tiene una personalidad muy diferente. Mientras Juan, el mayor, es un hombre responsable, serio y muy volcado en los negocios; su hermano Pedro aspira a convertirse en dueño de la hacienda, a pesar de tener menos capacidades en el mundo de los negocios que su hermano.

Don Severiano les ha reunido a los cinco y toma la decisión de nombrar CEO de la empresa a su hijo Juan del Monte. La noticia es recibida de manera diferente por sus hermanos. Unos se alegran y otros se sorprenden, pero Pedro monta en cólera porque considera que su padre no ha sido justo con él y le ha dado la responsabilidad a Juan por ser su hijo favorito.